The Disorder of Before and After.
Artists: Gary Jolley, Patsy Payne, John Smith
10 October - 29 October, 2025
ENG - The Disorder of Before and After,
Going away for three months can disrupt your rhythm, make you question past decisions, and test the foundations of your relationships. All this coming and going—catching up with yourself, catching up with others—creates a loop of departure and return. You arrive, you leave, you begin again, always circling back to the same quiet question whilst trying to find where the thread begins again.
This summer I reconnected with the work of my colleagues in Australia—artists I have known for decades, some of whom taught me over 30 years ago. Visiting their studios and discussing their work became both an excuse and an affirmation: a way to rekindle old ties and secure our creative connections for the future.
Their work feels deeply familiar—each evolutionary mark known and understood. This exhibition revisits works from the past, situating them in the present moment within The Disorder of Before and After. Over the course of October, the show evolves daily as the works subtly shift in position, tracing connections of time and place, recalling conversations that continue to resonate.
Gary Jolley’s work, The Wishing Rug, evolved from a series of cryptic yet revealing conversations. Knowing his approach to display—his preference for not simply hanging a work but allowing it to exist within and against its surroundings—the project takes on a layered, tactile presence. Comprising 28 prints on paper that span time, distance, and experience, The Wishing Rug traces connections between place, surface, and memory. Jolley treats surfaces as fragments—cut from walls or floors, then reassembled into new territories. Through the interplay of pattern and sensation, he constructs spaces that feel both familiar and imagined, grounded and dreamlike.
The worn Persian rug that holds the prints now begs for a new identity. It has become The Wishing Rug. Viewers are invited to toss a coin—or gently place one—while making a wish, as they might at a fountain. The gesture recalls ancient wishing wells, once believed to draw power from sacred waters. Here, the act of wishing becomes both playful and profound: a quiet ritual that evokes emotional connection and symbolizes hope, renewal, and above all, gratitude. In this exchange between object and intention, the rug transforms into a site of shared memory and quiet possibility.
The CCD vitrines, acting as a porous membrane between the gallery and the lively streets of the Raval, host the works of Patsy Payne and John Smith. Payne’s piece—a woven, life-sized section of a whale’s heart—is both visceral and tender. Bold in colour and rich in texture, it absorbs the rhythms and vibrations of the street outside, as though translating the city’s pulse into fibre. The work hovers between anatomy and abstraction, merging the organic with the symbolic, the personal with the collective. It reminds us that the heart, like the city, beats in response to the world around it.
Inside we can see Patsy’s very recent work. Patsy Payne has reproduced photographs of a star, w-Cen, taken in 1970, a section of the cluster of stars named NGC 2437 (M46) photographed in 1966, and the tracking of an Aussat satellite. These images, sourced from the Mt Stromlo Observatory archive in Canberra, Australia, have been laser engraved onto wood. The artist reflects on the notion that we are made of the same substance as stars. In this work, light from distant stars is inscribed into wood—material that itself once grew in response to the light of our own star, the sun. The prints are both delicate and transformative.
John Smith's work dances between the poignant and the profound. At CCD he has work from 3 different series: Foregone, Metamorphosis and The Lovers. The metamorphosis of these twisted and writhing, contorted and dancing, marching and performing figures—both individual and collective—unfolds as a series of narratives with social and cultural resonance. They emerge as simultaneously primal and modern, embodying the paradox of then and now, serving as a parody of the human condition—beautiful and grotesque, harmonious and chaotic, The painted works can be understood as forms of writing upon a blank surface—both literal and rhetorical—becoming, in essence, Figures of Speech.
In the space between what was and what remains, we find trust, memory, and the enduring poetry of connection.
The exhibition remains open from October 10th , with the finissage at 7pm on the 29th .
ESP - El Desorden de Antes y Después
Marcharse durante tres meses puede alterar el ritmo, hacerte cuestionar decisiones pasadas y poner a prueba los cimientos de tus relaciones. Todo este ir y venir —alcanzarte a ti misma, alcanzar a los demás— crea un bucle de partida y regreso. Llegas, te vas, vuelves a empezar, siempre girando alrededor de la misma pregunta silenciosa mientras intentas encontrar de nuevo el hilo que da comienzo.
Este verano, la artista volvió a conectar con el trabajo de sus colegas en Australia—artistas que ha conocido durante décadas, algunos de los cuales fueron sus maestros hace más de treinta años. Visitar sus estudios y conversar sobre sus obras se convirtió en una excusa y una afirmación: una manera de reavivar antiguos lazos y asegurar las conexiones creativas hacia el futuro.
Sus obras resultan profundamente familiares—cada trazo evolutivo es conocido y comprendido. Esta exposición revisita obras del pasado, situándolas en el presente dentro de El Desorden de Antes y Después. A lo largo de octubre, la muestra evoluciona día a día, mientras las piezas se desplazan sutilmente, trazando conexiones de tiempo y lugar, evocando conversaciones que siguen resonando.
La obra de Gary Jolley, The Wishing Rug, surgió de una serie de conversaciones tan crípticas como reveladoras. Conociendo su enfoque expositivo—su preferencia por no limitarse a colgar una pieza, sino permitir que exista dentro y contra su entorno—, el proyecto adquiere una presencia táctil y estratificada. Compuesta por 28 grabados sobre papel que atraviesan el tiempo, la distancia y la experiencia, The Wishing Rug traza conexiones entre lugar, superficie y memoria. Jolley trata las superficies como fragmentos—cortados de paredes o suelos y reensamblados en nuevos territorios. A través del juego entre patrón y sensación, construye espacios que se sienten tanto familiares como imaginados, terrenales y oníricos.
La desgastada alfombra persa que sostiene las impresiones ahora reclama una nueva identidad: se ha convertido en The Wishing Rug. Los visitantes son invitados a lanzar una moneda—o depositarla suavemente—mientras piden un deseo, como harían en una fuente. El gesto evoca los antiguos pozos de los deseos, antaño considerados portadores de aguas sagradas. Aquí, el acto de desear se vuelve a la vez lúdico y profundo: un ritual silencioso que despierta conexión emocional y simboliza esperanza, renovación y, por encima de todo, gratitud. En este intercambio entre objeto e intención, la alfombra se transforma en un lugar de memoria compartida y posibilidad contenida.
Las vitrinas de CCD, que actúan como una membrana porosa entre la galería y las animadas calles del Raval, acogen las obras de Patsy Payne y John Smith. La pieza de Payne—una sección tejida, a tamaño real, del corazón de una ballena—es a la vez visceral y tierna. De color intenso y rica textura, absorbe los ritmos y vibraciones de la calle, como si tradujera el pulso de la ciudad en fibra. La obra oscila entre la anatomía y la abstracción, fusionando lo orgánico con lo simbólico, lo personal con lo colectivo. Nos recuerda que el corazón, como la ciudad, late en respuesta al mundo que lo rodea.
En el interior se presenta también obra reciente de Patsy Payne. La artista ha reproducido fotografías de una estrella, w-Cen, tomadas en 1970; una sección del cúmulo estelar NGC 2437 (M46), fotografiado en 1966; y el seguimiento de un satélite Aussat. Estas imágenes, procedentes del archivo del Observatorio Mt Stromlo en Canberra (Australia), han sido grabadas con láser sobre madera.
Payne reflexiona sobre la idea de que estamos hechos de la misma materia que las estrellas. En esta obra, la luz de los astros lejanos se inscribe en la madera—un material que creció respondiendo a la luz de nuestra propia estrella, el Sol. Las impresiones son a la vez delicadas y transformadoras.
La obra de John Smith oscila entre lo conmovedor y lo profundo. En CCD presenta piezas de tres series diferentes: Foregone, Metamorphosis y The Lovers. La metamorfosis de estas figuras torcidas y agitadas, contorsionadas y danzantes, marchando y actuando—tanto individuales como colectivas—se despliega como una serie de narrativas con resonancias sociales y culturales. Emergen simultáneamente primordiales y modernas, encarnando la paradoja del antes y el ahora, y actuando como una parodia de la condición humana: bellas y grotescas, armoniosas y caóticas.
Las pinturas pueden entenderse como formas de escritura sobre una superficie en blanco—tanto literal como retórica—convirtiéndose, en esencia, en Figuras del Discurso.
En el espacio entre lo que fue y lo que permanece, encontramos la confianza, la memoria y la poesía perdurable de la conexión.
La exposición permanecerá abierta desde el 10 de octubre, con el finalizando a las 19:00 h del 29 de Octubre.
CAT - El Desordre d’Abans i Després
Marxar tres mesos pot alterar el ritme, fer-te qüestionar decisions passades i posar a prova els fonaments de les relacions. Tot aquest anar i venir —posar-te al dia amb tu mateixa, amb els altres— crea un bucle de partida i retorn. Arribes, te’n vas, tornes a començar, sempre girant entorn d’una mateixa pregunta silenciosa mentre intentes retrobar el fil.
Aquest estiu, l’artista ha reconnectat amb el treball dels seus col·legues a Austràlia—artistes que coneix des de fa dècades, alguns dels quals la van ensenyar fa més de trenta anys. Visitar els seus tallers i parlar de les seves obres es va convertir en una excusa i una afirmació: una manera de reavivar antics vincles i enfortir les connexions creatives de futur.
Les seves obres resulten profundament familiars—cada traç evolutiu és reconegut i comprès. Aquesta exposició revisita treballs del passat, situant-los en el present dins El Desordre d’Abans i Després. Al llarg d’octubre, la mostra evoluciona diàriament mentre les peces es desplacen subtilment, traçant connexions de temps i lloc, evocant converses que continuen ressonant.
L’obra de Gary Jolley, The Wishing Rug, va sorgir d’una sèrie de converses tan críptiques com reveladores. Coneixent el seu enfocament expositiu—la seva preferència per no limitar-se a penjar una peça, sinó deixar-la existir dins i contra el seu entorn—, el projecte adquireix una presència tàctil i estratificada. Composta per 28 gravats sobre paper que travessen temps, distància i experiència, The Wishing Rug traça connexions entre lloc, superfície i memòria. Jolley tracta les superfícies com fragments—retallats de parets o terres i reconfigurats en nous territoris. A través del joc entre patró i sensació, construeix espais que se senten alhora familiars i imaginaris, terrenals i onírics.
L’alfombra persa desgastada que sosté les impressions reclama ara una nova identitat: s’ha convertit en The Wishing Rug. Els visitants estan convidats a llençar-hi una moneda—o a dipositar-la suaument—mentre demanen un desig, com farien en una font. El gest evoca els antics pous dels desitjos, que es creia que contenien aigües sagrades. Aquí, l’acte de desitjar esdevé alhora lúdic i profund: un ritual silenciós que desperta connexió emocional i simbolitza esperança, renovació i, sobretot, gratitud. En aquest intercanvi entre objecte i intenció, l’alfombra es transforma en un lloc de memòria compartida i de possibilitat continguda.
Les vitrines del CCD, que actuen com una membrana porosa entre la galeria i els carrers animats del Raval, acullen les obres de Patsy Payne i John Smith. La peça de Payne—una secció teixida, a mida real, del cor d’una balena—és alhora visceral i tendra. D’un color intens i textura rica, absorbeix els ritmes i vibracions del carrer, com si traduís el pols de la ciutat en fibra. L’obra oscil·la entre l’anatomia i l’abstracció, fusionant allò orgànic amb allò simbòlic, el personal amb el col·lectiu. Ens recorda que el cor, com la ciutat, batega en resposta al món que l’envolta.
A l’interior s’hi presenta també obra molt recent de Patsy Payne. L’artista ha reproduït fotografies d’una estrella, w-Cen, preses el 1970; una secció del cúmul estel·lar NGC 2437 (M46), fotografiat el 1966; i el seguiment d’un satèl·lit Aussat. Aquestes imatges, provinents de l’arxiu de l’Observatori Mt Stromlo de Canberra (Austràlia), han estat gravades amb làser sobre fusta.
Payne reflexiona sobre la idea que estem fets de la mateixa matèria que les estrelles. En aquesta obra, la llum dels astres llunyans queda inscrita en la fusta—un material que va créixer responent a la llum de la nostra pròpia estrella, el Sol. Les impressions són alhora delicades i transformadores.
L’obra de John Smith balla entre allò commovedor i allò profund. A CCD presenta peces de tres sèries diferents: Foregone, Metamorphosis i The Lovers. La metamorfosi d’aquestes figures torçades i agitades, contorsionades i dansants, marxant i actuant—tant individuals com col·lectives—es desplega com una sèrie de narratives amb ressonàncies socials i culturals. Emergeixen simultàniament primàries i modernes, encarnant la paradoxa del abans i l’ara, i actuant com una paròdia de la condició humana: belles i grotesques, harmòniques i caòtiques. Les pintures poden entendre’s com formes d’escriptura sobre una superfície en blanc—tant literal com retòrica—convertint-se, en essència, en Figures del Discurs.
En l’espai entre el que va ser i el que roman, trobem la confiança, la memòria i la poesia perdurable de la connexió.
L’exposició romandrà del 10 d’octubre, finalitzant el 29 d’octubre a les 19.00 h